Familias separadas

La decisión de retornar al país en guerra no fue fácil para las ucranianas. «Alexandra y Tatiana tienen allí a sus maridos, además de a más familia, como a su abuela. Sus familiares les pidieron que volviesen. Les dijeron que en Yitomir la situación está controlada y que además pueden retomar sus trabajos. Al chico lo intentaron convencer para que se fuese con ellas, pero para él todo ha cambiado mucho. Sus amigos están esparcidos por el mundo en países de acogida y otros ya en el ejército. Sería como volver al punto del que partió». Sobre, las mujeres, María señala que confiaban en que la guerra acabase este mes. «Tenían la esperanza, como muchos ucranianos, de que el 8 de mayo, que allí se celebra el Día de la Victoria, finalizase el conflicto. Era una idea algo ilógica, pero ellos confiaban en eso. Aunque la guerra no acabó, como su gente les dice que igualmente en su ciudad la situación es buena, siguieron adelante.Quieren recuperar sus vidas». Ante su determinación, la familia de Vilagarcía optó por ayudarlas. «Primero les dijimos que esperasen, pero una vez vimos que se irían sí o sí, decidimos buscar cómo ayudarles con el viaje. Preguntamos si había alguna ruta en bus o tren y a través de una amiga contactamos con Manuel Morán, voluntario del Banco de Alimentos Rías Altas (Balrial). Como ellos iban a ir a Polonia a por más refugiados se ofrecieron a llevarlos hasta allí».
Así, las mujeres y a los niños cogieron un tren este miércoles desde Rzeszów a Leópolis, en donde pasaron la noche en un albergue de refugiados para coger otro tren este jueves hasta Yitomir. Las tropas rusas abandonaron esa región el pasado mes de abril y poco a poco la población trata de recuperar la normalidad. Por ello, Alexandra espera volver a su trabajo en una tienda de alimentación, mientras que Tatiana recuperará el suyo en oficina del ministerio ucraniano. En cuanto a los niños, Zoia, voluntaria de la oenegé, que llegó a A Coruña con el primer viaje de Balrial a Polonia, indica que la decisión de volver se debe también al bienestar de los menores: «Las madres decidieron que sería mejor para sus hijos ir a la escuela en Ucrania. Es su elección.
Siguen llegando refugiados
Durante el trayecto, los voluntarios de Balrial se encontraron con más ucranianos que emprenden el viaje de regreso al país en guerra. A bordo del bus del Banco de Alimentos Rías Altas viajó desde Galicia otra ucraniana más para volver a su hogar. «A Natalia la conocieron en Vigo, en el programa de refugiados Accem, y cuando se enteró de que Alexandra y su familia se volvían a Ucrania quiso irse con ellas», señala María. Así, mientras unos regresan, otros siguen saliendo de su patria en busca de una nueva vida lejos del conflicto bélico. Prueba de ello es que la oenegé, que ya viajó a la frontera polaca el pasado mes de marzo en cinco furgonetas para recoger a 24 refugiados realiza el viaje para traer a otros 55 ucranianos desde Przemyl. El grupo será acogido en Maceda, Ourense.282841106_2263143367157096_1655058850622594336_n

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